A noche soñé que
soñaba... Que tenia mi pipa de kiosco, he imaginaba un hombre de la
mar en busca de una ballena blanca. Pero no podía evitar silbar con
mi pipa de kiosco como lo hacia Popeye, aunque esa no era su pipa.
Hoy los sueños infantiles quedaron atrás y solo mi pequeña pipa de
kiosco me evoca al recuerdo, en ocasiones con algún esfuerzo.
Quizás... demasiado tiempo ya de kioscos, pipas y ballenas blancas.