EL KIOSKO

25 may 2019

LA TECNOLOGÍA 3D LLEGA AL KIOSKO


¡JOOOOOO!... Tuve que ir al Kiosco del quinto pino a buscarme unas cuantas gafas 3D para la peli de esta tarde en "Primera Sesión".

En nuestro querido Kiosko de Akela, se agotaron estas gafas nada más sacarlas, ahora entiendo eso de, en casa de herrero cuchara de palo.

Pues sí, poniéndonos en situación, este ejemplo puede ser muy pero que muy válido, seguro que a más de uno nos sucedió lo mismo al querer comprar unas de aquellas famosas gafas 3D.

Para hablar de estas gafas daremos un salto en el tiempo y nos situaremos en el 6 de enero de 1984 a las 13,45h. 

Ese día de Reyes TVE ofreció por primera vez en su historia, una película tridimensional que requería disponer de unas gafas especiales como las que os enseño de mi colección y que guardo en "EL BAÚL DE HAL". La película titulada "FORT TI"  se trataba del primer western en 3D dirigido por William Castle en 1953 western ambientado en 1759.  

Y hablando de las gafas, se pusieron a la venta 1.500.000 unidades que se vendieron en grandes almacenes y kioscos de la época al precio de 125 pesetas por estuche de tres.

El sistema 3D Video consiste en filmar cada escena de la película en dos ángulos distintos. Hoy día una sola cámara filma las imágenes que antes se obtenían con dos cámaras para reproducir las correspondientes al ojo derecho e izquierdo. La imagen de la derecha sólo transmite en el televisor, los tonos rojos, y la izquierda sólo los tonos azules y verdes, eso decían los expertos.

Incluso la tecnología en 3D estuvo muy presente en una conocida serie de TV. Aquel evento también se recordó en uno de los episodios de cuéntame cómo pasó (revolucionó a todos los vecinos del barrio de San Genaro).

Aquel día de Reyes en que se emitió la primera película en 3D de la televisión española, toooodos esperábamos ver ese mágico efecto de salirse de la pantalla, esa flecha india que pasara rozándonos nuestro hombro, ese Tomahawk que atravesaría el salón de casa, tirado con fuerza y muy malas intenciones, o esa lanza que deberíamos esquivar al más puro estilo del pequeño saltamontes jejejeje.

No sé vosotros... Pero yo lo único que vi salir aquel día del televisor, fue un fuerte dolor de cabeza y encima me dio de lleno... ¡Uffffffff!