Siempre me ha fascinado de niño todo aquello que de vueltas, me hipnotizaba de alguna manera. Unas veces dejaba pacientemente que la inercia del giro llegara a su fin y ver como poco a poco se vencía hasta llegar a parar de girar, otras veces intentaba acrobacias mientras giraban, trompos y peonzas entre mis manos, pies o rodillas. En incansables intentos hasta que me salía con la mía, a pesar que solo fuera por un instante.
Si, el gira gira sin parar me gustaba, bien con los trompos, o con las peonzas como las que presento de la casa JISA en su bolsita original de venta en kioscos de antaño. También me gustaba la peonza de color negro de los juegos reunidos Geyper, aquella en la que podías leer: Toma 1, pon 2, Toma todo... o Todos ponen. Incluso las simples peonzas que salían en los sobres montaplex de las niñas, girar y girar sin parar y volver a darle con fuerza agarrándolas entre el pulgar y el índice.
Estas pequeñas peonzas de la casa JISA son unas baratijas colorista, sencilla y divertidas. A pesar de que no se observa muy bien, dado que el giro de la peonza blanca y amarilla está congelado por la instantánea de la propia imagen. Congelado pero girando por muchos años, los que dure esta imagen en el blog. Son un encanto de baratijas para entretenerse un rato.
