Quizás esta entrada les sorprenda, pero no deberían se trata del kiosco en este caso del kiosco de prensa. Y para que luego digan (si es que lo han dicho) que a mi no me gusta el kiosco de prensa.
Todo lo contrario la denominación de quiosco (voy a escribirlo como le gusta a la Real Academia Española, aunque solo sea dos veces) la palabra quiosco sepan que me llama poderosamente sea de prensa, chuches o baratijas. Sin ir más lejos en los kioscos mayoritariamente de prensa he comprado coleccionables por fascículo hasta una colección de los madelman y todo. También he comprado en más de una ocasión los diarios de noticias escritas, claro. Pero hoy les traigo una muestra indudable de haberme pasado por un kiosco (también esta palabra la admite el diccionario español, ojo no el kiosko nombre de “pila” que tiene este blog, licencia de un cabezota) el caso es que en más de una ocasión me he pasado por el kiosko de prensa y les traigo una prueba los incunables números uno de ciertas revistas, ya saben lo exagerado que soy y lo fantasioso que me gusta ser.
Algunas de las revista que me dio por comprar si llevaba estampado el numero uno en su portada, cosas de coleccionistas. Están en un estado mejor que nuevo, y algunos números unos algo viejitos que conservo de hace unos años, pero no les voy a negar su importancia por usados y desgastados, siguen siendo números unos.
Mejor, pasen y vean, ya solo con leer las portadas recordará cosas, sorprendentes y algunas graciosas.
