De nuevo con el museo escolar del
colegio San Roque de Alicante. El retazo de hoy, nada más y nada
menos que la mesa del maestro o de dirección.
Siempre pensaba la suerte que tenía el
profesor con su flamante mesa, para él sólito. Desde su mesa se
ponía a leer o a corregir, pero lo que verdaderamente hacía era
observarnos disimuladamente, para que no nos pasásemos un pelo en
clase, con las tonterías de la edad.
Sepan, que me he sentado sobre esa
enorme silla con respaldo, tapizada en rojo. Al instante me ha venido
el recuerdo de los muelles desajustados bajo mi posadera y con un
ruido estridente, casi tenebroso, a causa de la edad y el óxido de los muelles.
El teléfono Heraldo sobre la mesa de
dirección, herramienta eficaz para llamar a tu madre o al teléfono
del bar o la vecina en caso de no tener en casa, para dar aviso de
que vinieran a recogerte. Motivos muchos: Herida de “guerra” en
el patio del colegio, venga a buscarlo Señora. Castigo ejemplar por
falta de respeto o a saber, venga a buscarlo Señora. O simplemente,
Señora hoy no se ha presentado en el colegio.
El resto de elementos, los normales en
este tipo de mesa: Un montón de cajones, la máquina de escribir
último modelo, el sacapuntas molón que solo tenía el profesor...