Dicho queda que en el kiosco de
aquellos años, no se olvidaron de la música.
Claro está que el kiosco nos ofreció
solo los instrumentos, luego dependía del oído musical y los
diestros que éramos con aquellos simples instrumentos musicales
como: El tambor, bien de lata o plástico, la flauta, el saxofón de
baquelita, la trompeta y trompetillas, la flauta del afilador, el
silbato de pasta, los pitos de lengüeta, hasta el pita gol de
caramelo... sin olvidarme de las alegres panderetas, carracas y
zambombas por Navidad . Y por supuesto, estos pequeños juguetes como
el xilófono o el acordeón de kiosco. Sonar sonaba, otra cosa era
tocar o dar la lata, como lo hacia nuestra recordada rana y su
lengüeta de metal, jajajaja.
Este pequeño objeto musical merece la
pena mostrarlo, ya que está en mi colección y se vendía también en
kioscos.