Como dije en una entrada anterior los
cromos ya se podían ver por el año 1820 en adelante, claro que no
eran los mismos y no tan conocidos como ahora. Más información en
esta primera entrada:
Ya en los años que son protagonistas
el kiosco de éste blog (60, 70 y 80...) había a la venta una
abundancia de cromos troquelados de picar. Con muchas series de
temáticas diversas y estilos diferentes.
Hay una cosa que merece la pena
nombrar. Las socorridas cajas donde las niñas guardaban los cromos
troquelados. Las había de muchas formas y de materiales muy
distintos. Aunque las más empleadas en aquellos años de nuestra
infancia, eran las de lata redondas de las cremas de Nivea o Atrix,
por ejemplo. Aunque cualquier lata litografiada, da igual sea grande
o pequeña, también eran un buen recipiente para guardar ese
tesorillo de colores.
Aquí podéis ver dos ejemplos reales, donde dos niñas guardaban sus cromos en épocas muy diferentes.
La primera caja una vieja caja de
Turrón de Jijona de los años 60 con los cromos originales que
contiene la caja a día de hoy. Regalo de Silvia, una persona
especial cercana a mí familia.
La otra pequeña caja redonda y de
pasta, de la casa de baratijas “Juguetes Domingo” con los cromos
que conservan, son de mí hija. Con los que jugaba pasados los años
80; es decir, estos cromos y su caja rompen la barrera, de los años
a los que dedica este blog, sobre artículos de kioscos.
Como curiosidad, he puesto la serie de
la Familia Telerín de la caja de turrones de los años 60 y otros
sueltos, de la misma caja. También unos cromos en sus hojas
troqueladas y sin cortar que son de finales de los años 70.