Se os saluda amigos,
seguimos en octubre y debido a estas fiestas que están a punto de llegar, he
optado por seguir el hilo de lo tétrico y hoy quiero enseñaros otra de esas
piezas preferidas de mi colección con temática mmmm digamos de divertido
terror.
La juguetera HEDI
ubicada en Valencia, vendió durante los 60's, 70's y 80's todo tipo de
juguetes, la mayoría cubrieron parte de la colorida decoración de muchos
kioscos de la época.
HEDI sacó al mercado
infinidad de juguetes, tanto para niñas como para niños, aparte de sus famosos
relojes infantiles de kiosco con su correa de goma y sus pequeños coches
serigrafiados, también fabricó algunas huchas - alcancías de hojalata, como
fueron las recordadas "HIPPO BANCO" o las archiconocidas "HUCHA
MISTERIO" muy populares entre los niños.
La "HUCHA
MISTERIO" fue de lo más destacado y recordado sin duda alguna. Esta hucha de juguete
fue una imitación de la "Coffin Bank" japonesa, de la empresa
Yonezawa Toys (también conocida como Yone).
Parece ser que estos
modelos de alcancías con temática de terror, se fabricaron por primera vez en
Japón, en la década de los años 50´s y fue un juguete admirado y copiado por
muchas otras jugueteras de todo el mundo durante años, como fue en el caso de
HEDI, aunque para ser sincero y dando mi más humilde opinión personal mmmm si
me dieran a elegir entre las de la casa Yone o las de nuestra querida juguetera
HEDI, sin dudarlo ni un momento me quedaría con las valencianas, que para mi
aun siendo copias me gustan muchísimo más que las primigenias niponas de
Yone.
Pues sí, esta
alcancía es mí preferida de las muchas que recuerdo con mecanismo interno de
cuerda, ver como desaparecía el dinero cuando depositabas la moneda era muy
Heavy (en las fotos le puse monedas de la época "Ptas, duros, etc..."
queda más auténtico)
Recuerdo que colocaba
la moneda solo por ver esa huesuda mano saliendo del pequeño manto negro y
arrastrándola a lo desconocido ¡UUUUUH! eso no tenía precio jajajaja
Una pequeña historia
de mi niñez.
Cuando era niño me contaron
la leyenda de Caronte, el barquero de los muertos, un espíritu del Inframundo
al servicio del "Dios Hades"
Hades, amo y señor
del Inframundo, había puesto una especie de impuesto para traspasar las aguas
del río Aqueronte.
Para quien no lo
sepa, Caronte en la mitología griega, era el barquero de Hades, el encargado de
recibir y transportar en su barca las almas de los difuntos y guiarlos a la
otra orilla del río Aqueronte, lugar de descanso final en el Hades, la tierra
de los muertos.
Los difuntos debían
llevar un óbolo (moneda) para pagar su viaje al más allá, razón por la cual en
la antigua Grecia los difuntos se enterraban con una moneda bajo la lengua o
sobre los ojos, aquellos que no podían pagar tenían que vagar cien años por las
riberas del Aqueronte, tiempo después del cual Caronte accedía a llevarlos sin
cobrar.
Para los que se
pregunten qué tiene que ver esta historia de la mitología griega con este
juguete que os traigo hoy mmmm para mi tiene una relación muy grande, ya que
cuando me contaron la historia de aquel viejo y esquelético barquero
malhumorado, empecé a relacionar muchas cosas y más que temor al conocer esa
leyenda, lo que sentí fue curiosidad...
De vez en cuando pensaba
en aquella historia de Caronte y la pregunta que me hice durante algún tiempo
fue la de ¿donde guardará ese barquero la recaudación? porque tenía que tener
miles y miles de clientes uffffff hasta que un día alguien me regaló una hucha
- alcancía de la casa HEDI la que saqué hoy de mi baúl de HAL para enseñárosla,
aquel juguete fue el que disipó mi duda y me dio la respuesta.
Seguro que Caronte
tenía una alcancía como la que me acababan de regalar, con una pequeña
variación, la suya era mágica con un fondo sin final y nunca se llenaba con las
monedas de las almas viajeras que aquella oculta y huesuda mano carontiana
arrastraba al desconocido fondo de la caja - ataúd, mientras la cadavérica
cabeza se levantaba en señal de aprobación jejejeje.
Siempre que veo mi
alcancía o alguna similar, recuerdo aquella rocambolesca historia que salió de
la mente de un pequeño que posiblemente no llegará ni a los 10 años.
Realmente la
imaginación de un niño no tiene fronteras y hay una frase que siempre tengo en
mente, dice así: El día que se me acabe la imaginación, le pediré asesoría a un
niño.
Y yo digo que si
llega ese día, que espero que no mmmm fijo que esa frase la tomaré al pie de la
letra.