26 oct 2019

LA HUCHA MISTERIO DE HEDI Y EL BARQUERO CARONTE


Se os saluda amigos, seguimos en octubre y debido a estas fiestas que están a punto de llegar, he optado por seguir el hilo de lo tétrico y hoy quiero enseñaros otra de esas piezas preferidas de mi colección con temática mmmm digamos de divertido terror. 

La juguetera HEDI ubicada en Valencia, vendió durante los 60's, 70's y 80's todo tipo de juguetes, la mayoría cubrieron parte de la colorida decoración de muchos kioscos de la época.

HEDI sacó al mercado infinidad de juguetes, tanto para niñas como para niños, aparte de sus famosos relojes infantiles de kiosco con su correa de goma y sus pequeños coches serigrafiados, también fabricó algunas huchas - alcancías de hojalata, como fueron las recordadas "HIPPO BANCO" o las archiconocidas "HUCHA MISTERIO" muy populares entre los niños.

La "HUCHA MISTERIO" fue de lo más destacado y recordado sin duda alguna. Esta hucha de juguete fue una imitación de la "Coffin Bank" japonesa, de la empresa Yonezawa Toys (también conocida como Yone). 

Parece ser que estos modelos de alcancías con temática de terror, se fabricaron por primera vez en Japón, en la década de los años 50´s y fue un juguete admirado y copiado por muchas otras jugueteras de todo el mundo durante años, como fue en el caso de HEDI, aunque para ser sincero y dando mi más humilde opinión personal mmmm si me dieran a elegir entre las de la casa Yone o las de nuestra querida juguetera HEDI, sin dudarlo ni un momento me quedaría con las valencianas, que para mi aun siendo copias me gustan muchísimo más que las primigenias niponas de Yone.

Pues sí, esta alcancía es mí preferida de las muchas que recuerdo con mecanismo interno de cuerda, ver como desaparecía el dinero cuando depositabas la moneda era muy Heavy (en las fotos le puse monedas de la época "Ptas, duros, etc..." queda más auténtico)

Recuerdo que colocaba la moneda solo por ver esa huesuda mano saliendo del pequeño manto negro y arrastrándola a lo desconocido ¡UUUUUH! eso no tenía precio jajajaja








Una pequeña historia de mi niñez.

Cuando era niño me contaron la leyenda de Caronte, el barquero de los muertos, un espíritu del Inframundo al servicio del "Dios Hades"

Hades, amo y señor del Inframundo, había puesto una especie de impuesto para traspasar las aguas del río Aqueronte.

Para quien no lo sepa, Caronte en la mitología griega, era el barquero de Hades, el encargado de recibir y transportar en su barca las almas de los difuntos y guiarlos a la otra orilla del río Aqueronte, lugar de descanso final en el Hades, la tierra de los muertos.

Los difuntos debían llevar un óbolo (moneda) para pagar su viaje al más allá, razón por la cual en la antigua Grecia los difuntos se enterraban con una moneda bajo la lengua o sobre los ojos, aquellos que no podían pagar tenían que vagar cien años por las riberas del Aqueronte, tiempo después del cual Caronte accedía a llevarlos sin cobrar.

Para los que se pregunten qué tiene que ver esta historia de la mitología griega con este juguete que os traigo hoy mmmm para mi tiene una relación muy grande, ya que cuando me contaron la historia de aquel viejo y esquelético barquero malhumorado, empecé a relacionar muchas cosas y más que temor al conocer esa leyenda, lo que sentí fue curiosidad...

De vez en cuando pensaba en aquella historia de Caronte y la pregunta que me hice durante algún tiempo fue la de ¿donde guardará ese barquero la recaudación? porque tenía que tener miles y miles de clientes uffffff hasta que un día alguien me regaló una hucha - alcancía de la casa HEDI la que saqué hoy de mi baúl de HAL para enseñárosla, aquel juguete fue el que disipó mi duda y me dio la respuesta.

Seguro que Caronte tenía una alcancía como la que me acababan de regalar, con una pequeña variación, la suya era mágica con un fondo sin final y nunca se llenaba con las monedas de las almas viajeras que aquella oculta y huesuda mano carontiana arrastraba al desconocido fondo de la caja - ataúd, mientras la cadavérica cabeza se levantaba en señal de aprobación jejejeje.

Siempre que veo mi alcancía o alguna similar, recuerdo aquella rocambolesca historia que salió de la mente de un pequeño que posiblemente no llegará ni a los 10 años.

Realmente la imaginación de un niño no tiene fronteras y hay una frase que siempre tengo en mente, dice así: El día que se me acabe la imaginación, le pediré asesoría a un niño.

Y yo digo que si llega ese día, que espero que no mmmm fijo que esa frase la tomaré al pie de la letra.