Era divertido, pero también en
ocasiones sufrible, a causa de las acostumbradas prisas por hacer las
cosas a esa edad y ver que se te atascaba la máquina de Dymo, o no
cortaba a la primera y sobre todo cuando volvías a leer, te dabas
cuenta que te habías comido alguna letra que faltaba en la cinta
adhesiva. Que rabia!
Estos modelos que podéis ver eran de
uso escolar, para las libretas, carpetas y libros. Recuerdo de un
compañero que se declaró a la compañera de pupitre, de una manera
anónima, poniendo en la cinta “Te quiero Lola” y pegándolo en
la carpeta de la chica cuando la susodicha no estaba presente.
En esta ocasión mi buen amigo Herme de "Yo Tambien lo tuve, Nostalgia y Recuerdos" me mandó esta imagen del Dymo azul con
el nombre del blog, el también me quiere a su manera. Jajajaja...
Pongo el que tiene mi amigo más el que tengo yo de color rojo,
porque ésta herramienta escolar, no podía faltar en la sección de
“La escuela”.