Las canicas es uno de los juegos populares y tradicionales de los niños, tan antiguas como las pirámides de Egipto, ya que se encontró unas canicas en la tumba de un niño hace 3.000 mil años a.C. En la antigua roma era ya un juego popular entre los niños, en la edad media también se ha comprobado este antiguo juego. Y claro los que fuimos niños en los años sesenta y setenta y siguientes, hemos jugado al juego de las canicas en la versión de cristal y acero o metal. También las había en barro, más usadas en los años cuarenta y cincuenta.
Seguramente sean unos de los artículos de más ventas del kiosco, de manera silenciosa y sobretodo cuando los ponían de moda el quiosquero. Silenciosa porque siempre han estado con nosotros y eran de andar por casa. Las canicas tenían muchas utilidades, para el consabido juego del “gua” o para utilizarlas como proyectiles contra los soldaos de los montaplex o los indios o vaqueros de Comansi, las utilizábamos para los Pinball caseros con madera de aglomerado, clavos y aros de goma elásticas... y todo lo que la imaginación daba, como es natural en aquellos años.
Joaquín Carrillo Espinosa (cronista) explica muy bien como se jugaba con las canicas al “gua” en los años cuarenta y cincuenta, en la página : “Real Asociación Española de Cronistas Oficiales”.
Lo cierto es que hay muy pocas diferencias del juego de los años cuarenta y cincuenta, con los siguientes años (sesenta y setenta) Si he de destacar que cuando te tocaba tirar las tres veces para hacer carambola nosotros teníamos esas palabras que distinguía cada golpe de canica con la del contrario tres golpes en la misma canica. “ Primer golpe el tute, segundo golpe el canute que para ser valido tenia que tener la medida del pie del que está tirando, matute el tercer tiro y el gua meter tu canica en el pequeño hoyo de tierra” cuando colábamos la canica.... Decir que hay infinidad de variantes según la zona de donde se jugaba, aparte del utilizar el pie del que le tocaba tirar, también recuerdo avanzar hacia el gua con la palma de la mano y lo que daba un palmo se juntaba la otra mano para lanzar la canica con el pulgar.
