21 dic 2019

¡FELICES FIESTAS! PARA TODOS LOS AMIGOS DEL KIOSKO DE AKELA Y DEL BAÚL DE HAL.


¿Recordáis las felicitaciones de oficios? Yo recuerdo que en más de una ocasión, cuando llegaban estas bonitas fiestas Navideñas, solía tocar a la puerta algún señor casi siempre vestido de uniforme: Barrendero, Cartero, Vigilante, Sereno etc.

Imperdonable sería olvidarme del “tío de los muertos” Así es como se le conocía en muchas casas de la época Ufffff, con el yuyu que me daba ese calificativo, cada vez que picaba en el interfono, escuchaba decir a mis padres...

-es el tío de los muertos que viene a cobrar, imaginaros lo que podía pasar por la mente de un niño de corta y tierna edad.

¿Tío de los muertos? ¿Cobrar? (nada, nada bueno pensaba del pobre cobrador, aunque estoy seguro que a muchos les sucedía lo que a mí)

El buen hombre pasaba puntualmente todos los primeros de mes por las casas para cobrar el recibo del seguro de decesos y menudas pateadas se pegaba el pobre, por no mencionar cuando tenía que subir a pisos altos sin ascensor... Llegaba con la lengua fuera, medio asfixiado.

Estos profesionales de diversos oficios les dejaban a mis padres una felicitación a cambio de un pequeño aguinaldo.

Hoy os dejo yo algunas felicitaciones de la época que guardo en mi entrañable Baúl de HAL, pero tranquilos que no es mi intención pediros aguinaldo a cambio jejejeje.

A mediados del siglo XIX surge en el mundo de las representaciones gráficas una modalidad de impreso estrechamente relacionada con diversas actividades sociales.

En el ámbito de las relaciones de la vida familiar y social burguesa se generaliza el uso de una serie de elementos impresos para recordar las fechas señaladas.

Felicitaciones de todo tipo llegan en el día de la onomástica o del aniversario, en las fechas de Navidad o Año Nuevo, el día de los enamorados y tantas otras fiestas.

Se considera generalmente que la primera tarjeta de Navidad se editó en 1843 por iniciativa de un editor inglés, Henry Cole, que encargó unos dibujos que luego imprimió y remitió a sus amistades.

Con el paso del tiempo su idea fue calando y se generalizó su empleo en Gran Bretaña y otros países europeos.

Sin embargo, con anterioridad a esa fecha, se tiene constancia en España de una primera felicitación navideña impresa en 1831, obra de los repartidores del Diario de Barcelona.

Las felicitaciones de los trabajadores de oficios públicos eran repartidas por éstos con la manifiesta intención de obtener una gratificación.

La llegada de la cromolitografía al mundo de las artes gráficas, a partir de mediados del siglo XIX, inunda de color las felicitaciones que cada año mandaban imprimir los servidores públicos.

Serenos, panaderos, lecheros, electricistas, aprendices, barberos, repartidores de periódicos y otros trabajadores felicitaban las Pascuas por medio de tarjetas con una estética propia muy característica.

En la mayor parte de las tarjetas, se destaca la figura del trabajador con uniforme de gala, como en el caso del sereno, o con atuendo de trabajo mientras desempeñan las tareas propias de su oficio, en un segundo plano aparecen escenas de la Natividad, alimentos y bebidas típicos de estas fiestas: turrón, pavo, uvas, cava, etc.

Posteriormente van apareciendo otros elementos que poco a poco se incorporan a los demás símbolos navideños: el abeto y objetos para su decoración, hojas de acebo y escenas de familias comprando figuritas del belén.

Las fórmulas o frases de felicitación son casi siempre las mismas y están impresas o estampadas en el anverso de la tarjeta: “El cartero felicita a usted las Pascuas de Navidad” o “El farolero les desea Felices Navidades” mientras que el texto en verso con el que el trabajador pide el aguinaldo haciendo referencia a las peculiaridades de cada oficio, está impreso en la parte trasera de la tarjeta.

¡FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO 2020!